Hay un pequeño rincón de costa en Mallorca que se ha convertido en los últimos años en un enclave privilegiado para disfrutar de unas vacaciones de relax y playa con todo tipo de servicios pero sin renunciar a la placidez y tranquilidad, lejos de los grandes núcleos turísticos de la isla. La Costa de la Calma, en la bahía de Santa Ponsa, cumple todos estos requisitos y se mantiene a salvo del turismo de masas, con una oferta hotelera selecta y pequeñas calas mediterráneas en las que escapar de todo y reencontrarse con uno mismo.
Lo mejor para disfrutar de este destino tan especial es reservar un hotel en Mallorca que esté cerca de Cala Blanca o de las playas de Peguera y Santa Ponsa. Desde ambas zonas se puede llegar caminando hasta la Costa de la Calma, sin necesidad de coger coche o transporte público, simplemente paseando por la orilla del mar.
Grandes pinares mediterráneos, playas de arena y calas de roca que tienen acceso directo al mar con pequeñas escaleras instaladas en sus salientes conforman este paraje de relax, en el que se puede ver una de las mejores puestas de sol de Mallorca: justo desde Cala Blanca, mirando al oeste, el sol se pone sobre las colinas que cierran la bahía de Santa Ponsa creando una estela casi mágica sobre el mar.
El hotel que hay en Cala Blanca es una opción de alojamiento muy cómoda, pues está a pie de playa. Otra de las alternativas es reservar una habitación en un hotel junto a la Reserva del Galatzó, una de las montañas más hermosas que se dibujan en esta costa, sobre todo si se quiere disfrutar de las incomparables vistas que se obtienen desde este punto elevado sobre el mar. En ambos casos, las playas y servicios turísticos están muy cerca, pero lo suficientemente alejados como para que el descanso y la tranquilidad estén garantizados.
La Costa de la Calma ofrece la posibilidad de relajarse como en ningún otro lugar de Mallorca y de vivir al máximo la naturaleza. Si eres un aficionado a los deportes acuáticos (buceo, vela, paddle surf…) en esta zona tendrás el mejor escenario para practicarlos, así como otras disciplinas de ejercicio al aire libre como el cicloturismo, el golf y el senderismo.
De hecho, alrededor de esta costa es donde se concentra la mejor oferta de hoteles de golf de Mallorca, con varios campos que miran al mar y que brindan circuitos pensados para todos los niveles, desde principiantes a profesionales.
Asimismo, al ser un área de vacaciones tranquila y familiar, muchos hoteles en la Costa de a Calma ofrecen alojamiento para mascotas, una opción que no es muy habitual en la isla y que queda reducida a unos cuantos resorts y agroturismos de montaña o interior.
La cercanía a los núcleos de Santa Ponsa y Peguera, mucho más bulliciosos y turísticos, da la ventaja de poder organizar jornadas de compras o noches de fiesta sin necesidad de pensar en el desplazamiento, pudiendo llegar a los dos pueblos caminando o bien reservando un taxi por un precio realmente asequible.
En la misma Costa de la Calma, además, existen varios bares, restaurantes y chiringuitos de playa que te permitirán conocer lo mejor de la gastronomía local y tomarte algo a orillas del Mediterráneo sin los agobios de las masificaciones propias del verano mallorquín.
Alojamiento en Costa de la Calma:
Hotel Marítim Galatzó
Fergus Style Cala Blanca Suites
Dónde comer:
Diablito Santa Ponsa
Restaurante Feliciano’s Santa Ponsa
Tomar algo:
El Chiringuito