La «tasquita» en Sevilla, una forma de vivir

Sevilla es una ciudad extraordinaria que está habitada por los sevillanos, unos personajes amables, divertidos y llenos de vida.

La ciudad de Sevilla es una delicia para el visitante, que puede recorrer en unos días sus atractivos culturales con tranquilidad, buen tiempo y una atmósfera realmente única.

Sevilla cuenta con numerosos planes que realizar: compras en sus tiendas centenarias, paseos por la Plaza España, cultura en el Real Alcázar y, por supuesto, sus tasquitas.

La tasquita (también conocida como bar y taberna) en Sevilla es el espacio en el que se desarrolla la vida social, una institución en la que cualquiera que abre sus puertas es bienvenido. Para conversar, la tasquita. Para tapear, la tasquita. Tras el trabajo, a la tasquita.

Las tasquitas son los lugares donde los sevillanos cuentan sus penas e ilusiones a sus amigos y familiares y, sobre todo, se vive el cachondeo, la fiesta sevillana que todo visitante debe experimentar. Dejarse llevar en las tascas de Sevilla es la mejor recomendación.

Sevilla está repleta de tascas memorables. Los barrios de Triana y Macarena concentran probablemente los mejores de la ciudad, pero toda Sevilla es una invitación a comer de tapas.

Algunos de los lugares que se recomiendan son Sol y Sombra (solomillo de cordero), Cibeles II (solomillo al hermano y serranito trianero), La Eslava (salmorejo y costillas a la miel), Las Golondrinas (bacalao con pisto y chipirones), Casablanca (marisco y pescaíto frito), Cervecería El Tremendo (cervezas con lo que sea), Blanca Paloma (taquitos de rosada al limón y solomillo al jerez), El Rinconcillo (arroces y espinacas con garbanzos), Bar Antonio Romero (pringás y montaditos), Casa Trifón (chacinas)…

Y para alojarte la recomendación que te hacemos hoy es el hotel TRH Alcora Business, un hotel 4 estrellas con todo tipo de servicios. Las habitaciones del hotel TRH Alcora Business & Congress ofrecen relax y descanso para uno… y para dos.

¡Disfruta de Sevilla y una forma de vivir única!

La mejor forma de cuidarse en invierno

La mejor forma de cuidarse en invierno es aprovechar el tiempo libre que nos deja el trabajo y la familia y dedicarnos, cada día, unos minutos de atenciones: deporte aeróbico, natación, cuidados de belleza y relax, sobre todo, para la piel de cara y manos que, con el frío es la que más sufre en esta época del año.

No obstante, además de esa constancia tan necesaria, nuestro cuerpo precisa de atenciones especiales que, de vez en cuando, debemos darle para que se renueve en profundidad y recupere la elasticidad necesaria para hacer frente al clima, a la contaminación y estrés de las ciudades y a los excesos de esta época de letargo.

Las mascarillas y tratamientos de arcillas y chocolate, las esencias y sesiones de aromaterapia o un buen circuito termal justo antes de una de las grandes noches de esta Navidad pueden ser el gesto clave para lucir tan bien o incluso mejor que en pleno verano.

Conseguirlo es sencillo, basta con tomar la decisión y reservar un buen spa. La mejor opción son los hoteles wellness en Marbella o en cualquier otro punto de la costa sur española: son garantía de un clima suave, están cerca de la playa y en plena naturaleza, lejos del bullicio de las grandes capitales.

En ellos disfrutarás del mejor regalo de estas navidades: tratamientos especiales de manos de auténticos profesionales, un resort de 5 estrellas en Marbella junto al siempre animado Puerto Banús… Una escapada de lujo, perfecta para cuidarse pero sin renunciar a disfrutar de estas fiestas navideñas como se merecen.

Y, si la escapada es en pareja, siempre se puede elegir un hotel con golf en Marbella como es el caso del Hotel Melia La Quinta Golf & Spa, donde además dispondrás de una de las mejores bodegas de la costa malagueña y un ambiente selecto en el que celebrar la entrada del año nuevo en excelente compañía.

La Barcelona modernista

La Barcelona modernista empezó a despertar allá por el siglo XIX, en una época en la que la ciudad era un auténtico hervido cultural, impulsado por la celebración de la Exposición Universal y por la pasión que, de pronto, empezaron a despertar las grandes familias de la capital por la arquitectura.

El modernismo en Barcelona fue una moda financiada por la burguesía catalana. Por aquel entonces las familias más acomodadas medían su poder e influencia social por la majestuosidad de sus viviendas: tener una casa con una arquitectura única era símbolo inconfundible de que allí vivía una gran figura de la sociedad barcelonesa del momento.

Las obras de arte se sucedían y las familias se convirtieron en grandes mecenas, como los Güell que, a su modo, llegaron a ser los Medici catalanes y permitieron la consagración de una figura clave en el modernismo catalán: Antonio Gaudí.

Su Palacio Güell, vivienda principal de la familia, y el parque que lleva el mismo nombre son solo algunas de las muchas muestras de esta tendencia arquitectónica catalana, en la que el modernismo puro se mezcla con tintes de Art Nouveau y una imaginación que parece la antesala del surrealismo.

Hierro, mármoles y cerámicas, formas onduladas, figuras originales, todas las técnicas posibles de ornamentación, colores vivos… El modernismo barcelonés es un compendio de elementos que, combinados por mentes geniales, dieron lugar a obras de una belleza excepcional: la Casa Batlló y Sa Pedrera en el Eixample; el emblemático parque de la Ciudadela, el edificio de la Hidroeléctrica, la basílica de Santa María del Mar, el mercado del Born o el Gran teatro Liceu.

Las muestras son numerosas y se pueden observar dando un cómodo  y agradable paseo por el corazón de Barcelona.

Para disfrutar de un recorrido modernista en un viaje corto a Barcelona, la mejor opción es alojarse en un hotel en Las Ramblas, junto a la plaza de Catalunya, ya que desde allí están a un paso las principales obras del modernismo barcelonés.

Además, tener la habitación en Ramblas es una ventaja si viajas en familia, ya que podrás descansar entre ruta y ruta y volver para comer en el restaurante de tu hotel en Barcelona.

Vacaciones de verano en pleno invierno

Las Islas Canarias son un clásico irrenunciable para poder disfrutar de unas auténticas vacaciones de verano, en pleno invierno. Agasajadas con un clima único, las Islas Canarias son un paraíso en el que vivir el sol los 365 días del año, en un ambiente siempre animado, lleno de propuestas, y ese carácter acogedor que ha convertido al archipiélago en un referente mundial de las vacaciones de playa.

Playa de Canarias en verano

Sus servicios de calidad, un sector turístico volcado en la atención personal del visitante y la seguridad del destino, hacen de Canarias un lugar de vacaciones en familia para todo el año: tanto para escapadas breves en puentes festivos y fines de semana largos, como para unas navidades diferentes o una Semana Santa de verdadero relax.

Tenerife es la que cuenta con una mayor infraestructura preparada para acoger a todo tipo de visitantes. Son muy habituales los hoteles para familias en Tenerife, en los que el viajero encontrará servicios especiales para niños y mayores, en los que compartir momentos únicos en familia, sin renunciar a la tranquilidad de un viaje en pareja. Algunos de los mejor equipados son los famosos Hoteles Picapiedra, de Sol Hoteles, en los que los niños tienen hasta comedor y menús propios, todo ambientado en la serie de dibujos animados que les da nombre.

Hotel Lanzarote Sol Hoteles

En otras islas más pequeñas, como La Palma o Lanzarote, el visitante encontrará también toda clase de alojamientos, sin embargo, destacan de forma especial los hoteles románticos para parejas, y los resorts para seniors: hoteles pensados para la tercera edad, todos con una atención más personalizada, más adaptada a cada necesidad y a cada huésped.

Las playas inmensas, sus paisajes distintos a cualquier otro que puedas encontrar en Europa, sus orígenes volcánicos presentes en cada rincón… Crean un entorno natural perfecto para el descanso al aire libre, el deporte y el cuidado de la salud.

Hotel en Gran Canaria de Sol Hoteles

Por eso, las Islas Canarias continúan estando presentes en las agendas de vacaciones de la mayor parte de europeos que buscan un destino diferente, cómodo y cercano, en el que disfrutar como si estuvieran en el Caribe.