Canarias es uno de esos destinos multidestino en los que elegir uno u otro puede cambiar por completo el concepto de vacaciones que se busca. Aunque a simple vista pueda parecer que el archipiélago solo ofrecer garantía de sol y playa, cada una de sus islas esconde propuestas sorprendentes que hacen que el que va una vez, siempre acabe regresando. De hecho, cada uno de los territorios que componen Canarias brinda la posibilidad de crear un viaje a medida, distinto y original, con objetivos muy diferentes y con resultados absolutamente diversos.
Hoy vamos a aprovechar la calma de enero, esta temporada post fiestas y el frío, para quedarnos en casa y dedicarle un rato a pensar en todo lo bueno que está por venir: las vacaciones. Saca lápiz y papel y toma nota porque haremos un repaso por algunas de las propuestas que Canarias nos pone en bandeja para esta primavera – verano 2016. Si nunca has ido, ni te lo pienses. Y si ya has estado, tendrás que ir pensando en volver…
Parejas: Lanzarote
Pocos lugares como Lanzarote para regalar la luna. Esta isla es un territorio mágico, no solo por sus maravillosas playas de arena multicolor, sino por su orografía diseñada a golpe de pasión natural que emerge directamente de las profundidades del planeta tierra. Lanzarote es un escenario que parece sacado de otra galaxia, un rincón donde volcanes y océano se unen de tal modo que conforman una paleta de colores única para diseñar la más bella de las historias. Acantilados vertiginosos bordados por lavas de erupciones históricas, una vegetación que apenas se ve sobre colinas desnudas que parecen territorio lunar inexplorado, valles llenos de árboles frondosos, pantanos, cuevas, senderos desérticos… Y, entre unos y otros, pequeños pueblos blancos, callados y tímidos que narran sus historias del día a día con minúsculos susurros. Sus gentes y su tradición llevan la misma silueta enmarcada en la calma y el ritmo pausado. Todo sabe a sal y frutas exóticas, especias y salsas. La gastronomía es uno de sus pequeños lujos que se conserva prácticamente intacto desde años inmemoriales y traslada a cualquier paladar a distintas épocas, destinos y civilizaciones.
Reservar un hotel en Lanzarote es una opción imprescindible a contemplar para todos aquellos que buscan un destino de escapada romántica, pero que nadie se lleve a engaño: una escapada en pareja puede tener mil y una versiones en esta isla. Así, existe la que coincide con la imagen clásica de un viaje para dos. Playas idílicas, restaurantes junto al mar, terrazas que parecen haber sido creadas para acompañar la puesta de sol, hoteles con spa de lujo, coquetos apartamentos en medio de la naturaleza… Pero también la que incluye aventuras, que invita a explorar cada rincón de la isla, a sumergirse en sus bosques, perderse en sus desiertos, subir a la cima de sus volcanes o adentrarse en las más bellas profundidades de su mar y sus tierras delata y fuego.
Los deportes son un must en la isla. Aquí es posible disfrutar del surf –si bien no existe tanta tradición como en Fuerteventura, tal y como veremos a continuación-, del submarinismo, la vela, el golf o el cicloturismo sin complicarse demasiado. Existen empresas en toda la isla que brindan el equipamiento necesario y guías profesionales para acompañarnos en nuestras aventuras. También los hoteles y resorts en Lanzarote, sobre todo en las zonas más turísticas, cuentan con servicios especializados para poder disfrutar del tiempo libre, la energía y la vida al natural por precios muy asequibles. Y es que Lanzarote es un paraíso abierto a todo tipo de bolsillos: los transportes son cómodos y económicos, los alojamientos muy completos y con tarifas ajustadas y los vuelos, a día de hoy, están al alcance de la mano de cualquiera que pueda permitirse el lujo de reservar con cierta antelación.
Deporte y niños: Fuerteventura
Es una de las islas más versátiles de todo el archipiélago canario. Con un paisaje mucho más variado y lleno de contrastes si se compara con Lanzarote, Fuerteventura es el destino ideal para los que piensen en ir de vacaciones con los niños o bien quieran disfrutar de una escapada con amigos o en pareja. Aquí tiene cabida todo el mundo y la posibilidad de hacer de cada viaje algo realmente único es tan sencillo como desearlo. Desde las famosas Dunas de Corralejo a la zona de hoteles en Playa de Jandía, donde se puede disfrutar de la espectacular playa del Matorral, cuya recuperación natural ha logrado devolverle ese encanto único de hace siglos.
Fuerteventura ofrece de todo, desde patrimonio monumental a historia, gastronomía tradicional, artesanía, tiendas boutique y mercadillos típicos. Pero su gran atractivo para muchos viajeros es su costa, sus playas de largas franjas de arena y sus olas perfectas para practicar wind surf, el deporte rey de este paraíso canario. Aquí se celebran competiciones internacionales de clasificación oficial e incluso ha sido en numerosas ocasiones la sede elegida para acoger campeonatos mundiales en los que se han podido ver a algunos de los windsurfistas más famosos del planeta. Las condiciones climatológicas de sol y viento han contribuido a colocar a Fuerteventura como un destino de surf privilegiado en todo el circuito internacional y la industria de servicios, empresas e incluso hoteles para deportistas que se ha construido en la isla a su alrededor es de las más completas que se pueden encontrar.
Pero en el paraíso del surf, los niños siguen siendo el rey. Fuerteventura es una isla familiar, con muchísimas opciones de ocio especialmente orientadas a los más pequeños de la casa. Es aquí también donde más ha evolucionado el concepto de hotel para niños, con ejemplos tan gráficos como los resorts en Jandía para niños con espacios Solo Adultos reservados para que los padres puedan combinar las vacaciones en familia con tiempo para ellos mismos. Cuidar este tipo de detalles y estos servicios que hacen más versátil la oferta del destino ha hecho que Fuerteventura siga siendo un imprescindible en las agencias de viaje y los touroperadores en España, muy por encima de otras islas vecinas del archipiélago. Los precios, además, son muy ajustados si se compara con otros destinos clásicos de vacaciones de sol y playa, y los servicios son -en general- de alta gama.
Santa Cruz de Tenerife: glamour urbano
La capital de Tenerife es el mejor destino para aquellos que quieren escapar a Canarias pero no desean pasar sus días en una tumbona sin más. Rutas de compras, cultura para todos los gustos, gastronomía para gourmets, paseos por bellísimas avenidas, historia y tradición colonial en cada rincón, ambiente siempre animado y gentes amables llenas de energía. Santa Cruz de Tenerife es para muchos una gran desconocida a pesar de ser el centro de todas las miradas una vez al año, gracias a su famoso Carnaval. Pero más allá de las máscaras y la reina del desfile, la capital esconde un abanico de secretos que cautivan a todo aquel que se toma la molestia de descubrirlos. Y es que, es cierto que Santa Cruz exige que se le dedique tiempo y que, la mayoría de los visitantes, en realidad, llegan a ella desde sus hoteles en Costa Adeje o zonas turísticas similares, teniendo apenas un día para disfrutarla. Así que, por qué no dedicarle un viaje completo…
Algunos de los mejores hoteles de lujo en Tenerife están en la capital, como el emblemático Grand Hotel Mencey, que, además de alojamiento 5 estrellas ofrece la experiencia de poder descansar en uno de los hoteles más antiguos de España en activo y uno de los edificios históricos más elogiados de la ciudad. De hecho, en él se han alojado a lo largo de los años personalidades tan carismáticas como la mismísima Liz Taylor, entre muchos otros famosos y multimillonarios del planeta. Aunque es un hotel de lujo, el Mencey es un punto de encuentro clásico de la sociedad tinerfeña de modo que, si no lo has podido elegir como alojamiento siempre puedes disfrutarlo acudiendo a uno de los cursos de cocina que realiza su exclusiva aula de cocina en Santa Cruz, cenando en su restaurante o tomando un aperitivo en su terraza lounge.
Lujosa, sí, pero sin dejar de estar pegada a la historia de sus gentes, abrazada a su esencia y alimentándose de su espíritu. Santa Cruz está llena de rincones que hablan de un pueblo humilde, cultivado, alegre y muy aferrado a sus raíces.