A veces desconectar de todo no es tan fácil c
omo parece. En el mundo de las telecomunicaciones, Internet y las redes sociales, estamos permanentemente pegados a la inmediatez y las prisas por contar, decir, expresar qué hacemos, dónde estamos, a dónde vamos. Esto nos mella la salud, por eso, nunca viene mal saber decir basta, al menos por unos días y buscarse un rincón en el que poder volver a recuperar el equilibrio y los ritmos de antes, pausados y tranquilos, que nos permitían saborear la vida como se merece.Hoy, en este post, os proponemos precisamente eso: decir adiós a todo durante una escapada de 4 días al campo. Como destino hemos elegido Mallorca, porque la isla -además de ser una de nuestras favoritas por su versatilidad como lugar de vacaciones- es fácilmente accesible vía avión desde casi cualquier aeropuerto de España y el extranjero en cualquier época del año.
Nuestra escapada está planteada para primavera – comienzos de verano, fechas en las que en Mallorca todavía se puede disfrutar de los encantos de la isla con calma y el clima permite realizar todo tipo de actividades al aire libre sin tener que sufrir los rigores del sol del verano propiamente dicho.
La zona elegida es la campiña mallorquina más cercana a Palma, para que siempre tengamos a mano la ciudad por si algún día queremos aprovechar para disfrutar de la vida urbana pero sin caer en el estrés y el frenesí, solo como meros turistas, curioseando las rutinas de los demás sin dejarnos vencer por las nuestras.
En esta zona, existen varios tipos de alojamientos: hoteles y resorts a pie de playa, apartamentos, casas de pueblo tradicionales… Nosotros hemos decidido decantarnos por uno de los agroturismos en Mallorca que más se parecen al paraíso. Se trata del Son Julia Boutique Hotel, un hotel de campo entre Palma y Llucmajor construido en una finca típica mallorquina, rodeado de extensas praderas, molinos y olivares. El propio hotel cuenta con unos jardines impresionantes -los cuidan a conciencia, según nos han comentado- y ofrece una amplia variedad de servicios: es un hotel con spa, gastronomía gourmet, deportes y hasta espacios para bodas.
Elegir un hotel con ciertos servicios, aunque suba el presupuesto, es vital para asegurarnos una desconexión total ya que, de lo contrario, acabaremos teniendo la tentación de salir hacia la ciudad por puro aburrimiento. Romper la rutina y saber parar no es tan fácil y hay que ponernos todo cerca y a mano para evitar caer en lo de siempre: ordenador, móvil y demás derivados. Así que, deporte, campo, cielo azul, calitas de aguas cristalinas, buena comida, planes de día interesantes…
La receta es así de sencilla. Y, aunque puede costar al principio tomar la decisión de coger 4 días para viajar porque sí, porque por salud lo necesitas, es conveniente ser conscientes de los límites de nuestro cuerpo y nuestra mente y cuidarnos un poco. El dinero no da la felicidad, pero comprarse un billete de avión y reservar en un agroturismo en Mallorca es una buena forma de obtenerla. Os lo garantizamos. Un capricho de cuando en cuando no le hace daño a nadie. Así que, feliz desconexión.